[Versión Kindle]
Titulo: El secreto de los Mckay
Autor: Arwen Grey
Editorial: Amazon
Fecha de publicación: Enero 2014
Precio:1,54¡NOTA!
Alexandra Tremain no atraviesa un buen momento ni personal ni laboral. Cuando un desastrado profesor universitario entra por la puerta de su despacho ofreciéndole un caso que podría solucionarle la vida, se lanza de cabeza a la investigación, aunque el caso no es a lo que está acostumbrada: muertos antiguos, joyas desaparecidas y lo peor de todo, un profesor que no es lo que parecía.
Morgan McKay se arrepiente casi al instante de haber contratado a esa señorita detective para solventar el misterio de su familia. Es desordenada, caótica, y no parece capaz ni de solucionar sus propios problemas. Sin embargo, algo le impide despedirla... Aunque jamás reconocerá que siente siquiera la tentación de dejar caer su máscara.
Alesandra es una detective, un tanto rara, a la que no la va muy bien desempeñando este trabajo, un día entra en su despacho un hombre, Morgan, con unas pintas que Alexandra opina son un tanto antiguas, es un profesor que enseña historia y que ha encontrado unas cartas y un diario de un antepasado que acusaron y mataron por el asesinato de su esposa. El no esta muy convencido de ello y contrata a Alexandra para que lo investigue y a raíz de este encuentro las cosas empezaran a ponerse mas interesantes. Tendran que viajar a el castillo de su antepasado, que ahora es una posada para enamorados, y alli descubrir lo que paso realmente y mientras están en ello el amor ira creciendo aunque a ninguno de los dos les hace mucha gracia, pero al final acabaran reconociendo lo que sienten el uno por el otro.
Es un libro que resulta entretenido, me ha gustado y me ha enganchado desde el principio, no he parado hasta llegar al final. La historia es amena, y el misterio la hace aun más interesante. No conocia nada de de esta autor, pero he visto que tiene varios títulos interesantes, intentare leerme algunos.
Muy pronto no pudo pensar en nada más. Las voces de los demás huéspedes desaparecieron, junto con las demás sensaciones fuera de la de su calor, su olor a canela, el tacto de su pelo húmedo entre sus dedos y la sensación de que lo que estaba haciendo estaba rematadamente mal. Si hasta ese gemido de placer había sonado auténtico.
"Tal vez fue ese gemido lo que le hizo recordar dónde estaban, que no estaban precisamente solos, y que lo que hacían era una representación destinada a conseguir unos documentos que les llevarían a Morgan a sus amadas joyas, y a ella a verse libre de sus deudas. Abrió los ojos y sus miradas se encontraron. Se miraron sin dejar de besarse, lenta, casi ceremoniosamente. El jarro de agua fría le vino bien. Se apartó como pudo y le contempló con la mirada turbia.
Ella colocó una mano en su rostro, los dedos rozando la comisura de su boca.
—No -dijo, con los labios todavía temblorosos.
Tenía la sensación de que pocas veces en su vida algo le había costado tanto, pero vio que él le agradecía que hubiera sido ella la que tomase la decisión, o al menos que hubiese sido la que lo dijese en voz alta.
—En todo caso, gracias por la biblioteca.
Alexandra sonrió.
—Tienes un don para estropear momentos maravillosos, profesor McKay. Solo espero que llegue un día, con la mujer adecuada, en que no la fastidies con una de tus salidas.
—Eh, tortolitos, ¿vais a bañaros?
Porter, ya sumergido en el agua humeante, les hacía gestos para que hicieran lo mismo que ellos.
Mary y Harry ya estaban en el agua, y Johanna Stevens estaba desvistiéndose, mostrando que llevaba un bikini impresionante debajo.
—Nadie nos dijo que hubiera que traer traje de baño -dijo Morgan, evitando mirar a Alexandra."
"Tal vez fue ese gemido lo que le hizo recordar dónde estaban, que no estaban precisamente solos, y que lo que hacían era una representación destinada a conseguir unos documentos que les llevarían a Morgan a sus amadas joyas, y a ella a verse libre de sus deudas. Abrió los ojos y sus miradas se encontraron. Se miraron sin dejar de besarse, lenta, casi ceremoniosamente. El jarro de agua fría le vino bien. Se apartó como pudo y le contempló con la mirada turbia.
Ella colocó una mano en su rostro, los dedos rozando la comisura de su boca.
—No -dijo, con los labios todavía temblorosos.
Tenía la sensación de que pocas veces en su vida algo le había costado tanto, pero vio que él le agradecía que hubiera sido ella la que tomase la decisión, o al menos que hubiese sido la que lo dijese en voz alta.
—En todo caso, gracias por la biblioteca.
Alexandra sonrió.
—Tienes un don para estropear momentos maravillosos, profesor McKay. Solo espero que llegue un día, con la mujer adecuada, en que no la fastidies con una de tus salidas.
—Eh, tortolitos, ¿vais a bañaros?
Porter, ya sumergido en el agua humeante, les hacía gestos para que hicieran lo mismo que ellos.
Mary y Harry ya estaban en el agua, y Johanna Stevens estaba desvistiéndose, mostrando que llevaba un bikini impresionante debajo.
—Nadie nos dijo que hubiera que traer traje de baño -dijo Morgan, evitando mirar a Alexandra."
LO MEJOR
la manera de entretejer misterio y amor.
LO PEOR
No hay nada que no me haya gustado.
Uy uuuuy, este me gusta ¡me lo apunto! jejejeje
ResponderEliminarUn besote!!
Tengo que leer algo de esta autora, pero es que mi lista de pendientes no se reduce y me falta tiempo y dinero para leer todo lo que yo querría, jajaja !
ResponderEliminarBesos !
Creo que me lo llevo, me voy directa a Amazon, gracias!!
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